Cursor by www.Soup-Faerie.Com Crónicas de una hoguera

Crónicas de una hoguera

jueves, diciembre 11, 2008

Sólo podía sentir un vacío que se abría en mi estómago, casi tensando mis músculos hasta hacerme retorcer de dolor. Era como un aro de hierro al rojo vivo que se ensanchaba poco a poco, cauterizando a medida que se come la carne que besa.

En medio de sudores y gritos ahogados por el silencio de la noche, los ojos de un gato negro se revelan más vivamente que nunca. Hoy no observa con curiosidad, ni siquiera con repulsa… tan sólo indiferencia. Y el viento se cuela por mi boca en un baile de muerte que recorre mi cuerpo por completo, agarrotando mis manos en una mueca absurda de la oscuridad. Sé que todo puede ser mucho más sencillo, pero no puedo dejar de pensar en esa máquina que hoy deseo como un nigromante ante la biblioteca de Alejandría.

Ayer me quedé parado, inmóvil, esperando el momento pero, obviamente, no llegó. Resulta absurdo esperar cuentos de hadas más allá de un libro para niños, tan sólo la esperanza humana los ha mantenido vivos. En el fondo deseamos ser como esos héroes de leyenda, aunque en realidad seamos cobardes y tengamos un honor más dudoso que el más ruin de los villanos de las historias.

Una vez entregué polvo de hadas, y sólo conseguí un vacío que se curaba con el olvido autoconvencido de la conveniencia de lo absurdo. Ese día decidí que no hablaría de sueños sino de pesadillas incumplidas. Así todo debe ser más fácil, más sencillo, sin sorpresas, sin esperanzas, sin más que lo que hay en el mundo sensible y tranquilo que se refleja en la cueva.