Cursor by www.Soup-Faerie.Com Crónicas de una hoguera: El valle del silencio (2ª Parte)

Crónicas de una hoguera

lunes, junio 11, 2007

El valle del silencio (2ª Parte)


Notaba la hierba fresca en sus pies descalzos. El verde inundaba todo cuanto veía a su alrededor… con la primavera todas las flores habían explotado en un baile de color y olores dulces. Tan sólo una cosa contrastaba con aquel paraíso: una zona lúgubre que se extendía más allá de la pradera, una frontera de la que había oído hablar a su madre con temor, con respeto, como si lo que más quisiese en el mundo es que ese lugar desapareciese. Pero él siempre había sentido una fascinación especial por ese sitio, esas ramas retorcidas a la vera del camino hacia la ciudad le atraían, le llamaban cada vez que pasaba por su lado, como si supiera que algún día debería adentrarse y averiguar la verdad sobre las leyendas de duendes asesinos y magia que había corrompido a magos de moral intachable que ahora se retorcían de dolor poseídos por el mal que les dominaba.

Miró su cinto: de él colgaba una pequeña bolsa que llevaba preparada varias semanas con lo que pensó que le haría falta en esa pequeña excursión. Su deseo por conocer le había llevado a planificar hasta el más mínimo detalle de esa noche que ahora se hacía realidad: pensó que un carrete de hilo sería suficiente guía para asegurarse un camino de vuelta lo más recto posible si se perdía; un puñal de una rama de avellano tallado durante días al resguardo de ese hueco en el tronco de un viejo cedro cercano a su casa; una pelliza con agua y unas bayas eran su único alimento del que dispondría en caso de permanecer más de lo necesario en el bosque. Eso era todo de lo que disponía aquel pequeño aventurero.

Con paso firme, disfrutando de cada segundo, de cada latido de su corazón, excitado y alegre por conseguir al fin lo que tanto ansiaba, llegó hasta el límite del bosque, donde extrañamente la luz de la luna no entraba. La oscuridad era tal que a unos pocos metros allá adentro no se veía nada en absoluto.

Tomó aire decidido y posó su pie izquierdo más allá de la oscuridad. Tras unos pocos pasos, ni el resquebrajar de las ramas a su paso se oía fuera del bosque.

2Comments

  • creo que es muy largo.
    mañana leo
    te lo prometo
    y te comento
    (si tengo internete)

    super achuchón
    clem

    By Anonymous Anónimo, at 2:46 p. m.  

  • Haces que me quede pegada a la pantalla esperando a que vuelvas a publicar. Me gusta esa sensación...

    By Blogger Ada, at 4:58 p. m.  

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