Declaración de vida

Aún tengo la mirada de carnaval. Para los que no sepan qué es eso, sólo puedo decir que lo sabrán cuando la tengan. Desde hace algún tiempo disfruto de ella. Allá donde miro, encuentro un color nuevo, una sonrisa, un niño que corre y que me hace reir.

Me da pena que la gente siga su camino sin pararse un momento a contemplar la hermosura del aire. A veces, una suave brisa encierra más sabiduría que todos los libros del mundo, sólo hay que saber escuchar lo que se nos dice.

Hoy corre ese aire que tanto me gusta sentir en la cara y que me recuerda que sigo vivo, sintiendo, soñando, añorando. Anoche decidí ser mejor persona, y hoy lo pondré en práctica, espero que hasta el resto de mis días. No sé si entregaré algo importante al mundo, pero espero servir de ayuda para todo el que lo necesite… siento que puedo hacerlo y quiero hacerlo, necesito hacerlo. Hoy el mundo ha dado media vuelta y se ha pintado de verde en un baile que deja muy atrás círculos de fuego y piedras en la arena, hoy me di cuenta que el río de plomo hace mucho que se secó, dando paso a un agua limpia y cristalina donde chapotean unos niños que ríen y me miran esperando que los llame para comer.

Hoy me gustaría estar en la cima de una montaña, admirando el esplendor de aquello que se nos da y pocas veces agradecemos. Hoy me siento vivo, y me gusta.