lunes, noviembre 17, 2008
jueves, noviembre 13, 2008
Día de mierda
domingo, noviembre 09, 2008
A las puertas del cielo en la noche de reyes

Hoy sólo quiero una cosa, y espero ser yo el rey que pueda envolver ese regalo y dártelo. En realidad, eso poco importa, pero me haría más feliz aun si pudieras mirar a través de mis ojos y enseñarte el mundo tal y como yo lo veo, a veces tan enrevesado como un jardín lleno de zarzas y otras tan acogedor como una colina alfombrada de verde al atardecer. El resto es un tiovivo que hay que aceptar y disfrutar, aun cuando el mareo nos inunde y queramos vomitar de odio por la injusticia. Todo se puede arreglar por muy oculto que parezca, por muy lejos que se vea… nada es imposible.
lunes, noviembre 03, 2008
Regreso al futuro
Hoy me siento humilde, como si las gotas de lluvia no pudieran seguir más allá de mi piel. A pesar de la alegría, de la niñez recuperada y la locura envuelta en un gran lazo rojo, no puedo evitar recordar cada palabra, cada susurro, cada lágrima que no he visto y he sentido como si fuera mía. Y la espada se encuentra más afilada que nunca, a la espera de blandirse ante demonios y dragones que amenazan un futuro ya torturado gratuitamente por la severidad del destino. Todo se resume en eso: luchar. Luchar por la verdad, la justicia, el honor, la igualdad, el amor, el orden desordenado de una canción que suena tan sólo en la cabeza, la agonía de una noche fría en la que el calor se vuelve tan necesario como explotar en un sollozo ahogado, reír sin parar a la espera de un chiste sin final sombrío…
Cada mañana despierto mirando al techo, tal y como estuve haciendo la noche anterior, a la espera de esa frase que sirva de palabras mágicas con la solución debajo del brazo… y no llega. Sé que sólo es cuestión de tiempo, que todo tiene solución aunque no sea perceptible aun cuando esté justo delante de nosotros, pero me gustaría saber qué decir por una vez, sólo una vez. A pesar de todo, sigo esperando una respiración alegre sin reservas, sin peros, sin descansos, sin nada que temer… y está ahí, justo delante, aunque aun no lo veamos.
No pienso desistir, no quiero abandonar, no sueño con más momentos amargos en la soledad de una noche de fiesta, no hay que debatir sobre si es conveniente, sé que lo es. La elección es nuestra, sólo resta vivir, el resto es insignificante.