Cursor by www.Soup-Faerie.Com Crónicas de una hoguera: junio 2008

Crónicas de una hoguera

miércoles, junio 25, 2008

El pecador desconocido


Me quise dar un día, un día más para mí. Quizás no debía celebrarlo acompañado más que por mis dudas, quizás mi carcaj se encuentra vacío, pero lo que sí tengo claro es que no merezco otra oportunidad que desaprovechar. Es absurdo pensar que puedo ser una buena persona, lo único que encuentro cuando remuevo es sólo un egoísmo que me repugna y que no permitiré que vuelva a asomarse por ningún poro de mi piel. La verdad de ahora en adelante la voy a marcar yo, sin distracciones, sin la estupidez de mis sueños, sin que una sombra me atraiga hacia un muro donde no pueda ver más allá de mis ojos.

He aprendido que hay personas a las que el destino les tiene reservado un pequeño juego, y yo soy una de ellas. Por supuesto no merezco ser el jugador principal, pero tengo un ínfimo papel que debo representar aunque no lo pretenda. Nunca entendí las reglas, nunca supe cuándo tirar mis cartas o el momento justo de arrojar la toalla, pero ahí estoy, con mis dados preparados, esperando a que caiga el último grano de arena de ese reloj invisible que acecha cada partida. Entiendo que no soy especial por tener un papel así, de hecho sólo están reservados para aquellos que realmente no los merecen, y eso me hace estar más cerca de la realidad. Algunos me tildan de loco, incluso yo lo hago, pero creo que todo se reduce a algo mucho más simple que todo eso: aceptar la monotonía del destino como una sombra que no existe, un pecado que no debe ser despegado de las paredes de la caja de Pandora.

domingo, junio 22, 2008

Mi aniversario


Hoy hace tres años que meses de espera tuvieron sentido con sólo una mirada.

Hoy hace dos años que lo inesperado rozó mi vida de una forma tan sutil y efímera como una telaraña.

Hoy hace un año que la alegría y la tristeza se mezclaban en un baile demasiado obvio como para verlo.

Hoy es un día demasiado importante como para imaginar que puede haber algo de mágico en él. Seguramente la casualidad ha teñido de risas este día para que el resto sean más oscuros, pero no puedo evitar sonreír cuando atardece cada 23 de Junio y veo la puesta de sol en esa nueva piedra improvisada con el paso de los años. Se me antoja impredecible lo que hoy ocurra, seguramente nada, sólo un día más que olvidar a la mañana siguiente, pero reconozco que estoy tan nervioso como un niño la noche de Reyes al saber que dentro de un rato será feliz y sólo quiere dormir, soñar y despertar rápido para que todo ocurra. Mañana despertaré y todo será igual de patético, pero hoy puede que me sienta un poco más especial de lo que debiera, aguardando un momento que atesorar como otros muchos escondidos dentro del cajón de mi memoria y que por mucho que quiera, noche tras noche no puedo borrar.

jueves, junio 19, 2008

Cinco minutos


Una cama repleta de sueños y sólo veo una torre oculta entre polvo de hadas. Ayer subí de nuevo a mirar aquel bloque de piedra inerte, y todo me pareció más pequeño, como si todo hubiera encogido al latir de los días. En ese momento supe que no podía volver a subir, que todo lo que podría era imaginar aquel lugar como aquella vez, pero mi mente volaba al rebufo de una paloma que aguantaba otro día más sin morir.

Es precioso el contraste de las sombras durante la noche, como si todo se redujese a un simple mordisco del destino en el que todo el futuro se enrosca en mi garganta cada vez que trago saliva. He cambiado los paseos solitarios por otros en los que el ruido te envuelve hasta el punto de romper en silencio. Palabras vacías de princesas descalzas y rastros de amor por las esquinas… eso es lo que veo a mi alrededor en esas noches de vagabundo alquilado en las que busco una absurda respuesta encima de cada posavasos.

La última vez fue realmente extraño, como un pañuelo que se retuerce cada vez un poco más, mostrándome una de esas princesas encontradizas que vomitaba lágrimas de locura infantil. En ese momento estuve más cuerdo que nunca, pero como todo en mí, fue pasajero. Ahora me alegro de aquella noche, a pesar de lo mucho o poco que significará el resto de mi vida, pero me ha enseñado a desconfiar aún más de mí, y eso sólo lo he aprendido en esas noches de silencio atronador en las que una barrera me protege del mundo y me lleva del brazo hasta las sensaciones más vacías y sensibles que nunca he soñado, que no vivido.

Hoy, viendo unas fotos de un universo paralelo, he sentido envidia. Envidia de lo que hay ahí fuera aunque no exista y me lo esté perdiendo. Daría un año de mí por sentir tan sólo un día como aquellos a los que he criticado durante años, debe ser bonito soñar despierto. Echo de menos esos momentos en que nada importaba, cuando una caricia bastaba para evadir al mundo de mi lado y dejarme a solas contigo en la penumbra, cuando las canciones vibraban y no había luces que me mostraran que no podía ver.

Eso fue hoy, pero no quiero ver cómo volver a vivir tanto rencor ni miedo, a esperar sólo un día más, a sentir cómo el aire se acababa en mis pulmones y daba lo mismo. Mañana será otro día, y me quedaré cinco minutos más en la cama soñando, mientras pueda volver al futuro cada vez que lo desee.

martes, junio 10, 2008

Waiting for the sun


I´m waiting for the sun, but it is alone. I look for any moon, but it is hidden. I´m walking in the sand, lost between shadows of the darkness. The ship has sunk beyond the island of the freedom, and thousands of chunks of wood float towards the hangging tree, died in the hill of the green and smiling laughs.

The circle of fire has gone out, the dance of the shaman is on the verge of breaking the music, and the children do not joke of a couple embraced in the park. Already there is no madness in the world, everything has become gray.

lunes, junio 09, 2008

La mañana


A veces me pregunto cómo pueden ocurrir unos cambios de humor tan bruscos. Un momento estás eufórico, en la cima del mundo, allí donde nada ni nadie puede atraparte… y al siguiente te hundes en el barro de un charco. Hoy me siento romántico, pero no me dejan serlo. No se trata de nadie ni de nada, sino una barrera de ladrillo en mi estómago y que hace un vacío cada vez más grande.

Hoy tocaría llorar si no fuera porque no hay motivos para hacerlo, porque mis lágrimas están extrañadas de tener que morir por ningún motivo. Y sin embargo ahí están, empujándose por salir a través de otro pedazo de pared levantado en mis ojos.

No hay gritos, no hay silencios, sólo viento que grita para entrar dentro de mí y llevarse todo lo que no ha podido por ahora. Y me acerco, me acerco y pienso en lo poco que me queda, lo poco que existe para que se vacíe. De todo lo que he soñado siempre y ahora enmudece. Pienso en cómo siempre odié convertirme en alguien vacío como yo, y ahora todo tiene sentido, un sentido vacío.