Feliz Navidad

Quisiera abrazar durante un paseo en el que el frío dejara escapar el vaho de mi boca como el humo denso de una taza de chocolate justo antes de sentarme al fuego de la chimenea, me encantaría ver cómo cae la nieve tras la ventana, desearía cantar villancicos absurdos al son de un piano mientras observo los ojos de alguien enamorado… hoy, ese deseo tiene una cara, mucho más hermosa de lo que nunca he soñado, mucho más valiosa de lo que nadie pudiera pensar, mejor de lo que nadie puede esperar en su vida... y aún así, sé que el único deseo incumplido que se me ha concedido en mi vida seguirá siendo eso, tan sólo una frase que hace ya tiempo se llevó el viento.
Sé que no sirve de nada lamentarse, que resulta estúpido observar la vida desde unos cristales húmedos, pero no puedo evitar pensar en lo feliz que sería en una casa de madera en medio de la nada, rodeado de nieve que no se manchara, sintiendo que lo que tengo alrededor es lo único que necesito.
Cada comedia navideña que busca repetir una y otra vez un estereotipo manido me recuerda aquellas cosas que echo de menos sin haberlas tenido, tan sólo imaginadas y añoradas desde entonces. Hoy, mañana y pasado, todos los fantasmas de estas fechas están junto a mí, enseñando el mundo detrás de sus ojos, y no me veo en ellos.